miércoles, 8 de febrero de 2012

(6/11/11)

Con el tiempo fui desconociéndome. Me fui volviendo una extraña.
No estaba segura si eso me acercaba o me alejaba de mi.
Atrás se quedaron certezas, inseguridades, los pilares que me sostenían, ilusiones, idealizaciones, miedos, prejuicios, delirios de grandeza, ideas, ciertos afectos, etcétera.
Hoy considero que eran una mochila innecesariamente pesada para mi viaje. Un rejunte de potenciales pesadillas. Una eterna atadura.
Me despojé de la mayor parte de las cosas que llevaba adentro.
Me quedé en soledad. De a ratos fue terrible, angustiante; de a ratos fue agua en mi desierto. Sumergida en esa soledad pude ver, y aceptar, las cosas desde otro plano. Palpé las dos caras de la moneda. Pero esta es un arma de doble filo. Nadie te escucha allí, nadie te encuentra. Llega el momento en que nadie te busca.
Fue allí que me supe sola; vi que todos estamos solos... pero nos acompañamos. Forjamos lazos, más o menos profundos, pero todos tenemos una red de sostén que amortigua la caída, nos rescata cuando nos hundimos, nos cuida, nos acompaña. Afortunadamente mi red, que siempre esta ahí a pesar de mi y mi eterno divague, mi cuelgue permanente, es resistente a la distancia y al tiempo, a mis caprichos, destiempos y altibajos. Pero también es frágil, hay que regarla.
Yo también soy red, lo dice mi corazón.
Y yo también soy frágil.
Entonces, me olvidé de todo lo que era, y empecé a buscarme. Es el viaje más difícil de todos el que te lleva a vos mismo. Al principio no podés mas que decir lo que no sos, lo que no querés.
En definitiva, uno puede ser todo lo que quiera. Pero antes que nada tiene que desvestirse de lo que los demás quieren; y después aceptarse y asumirse. Siempre hay una vocecita que, desde lo mas profundo, nos guía. Quizás siempre supimos quienes somos, pero vivimos dormidos. No lo sé.
Lo que sí sé, es que lo que poco que hoy sé de mi, es sólido. Es cierto. De alguna manera me desintegré, me desplomé. Me volví cenizas. Y de a poco renazco.
Me busco, me persigo. Me arrincono en esos momentos que no quiero pensar. Entre esas ideas que hacen ruido. Me arranco respuestas. Me desgarro a veces. Pero es un dolor dulce, lleno de luz, de curiosidad, de comprensión.
Sé que me falta un largo trecho. Escribir ayuda. Tal vez algún día me deshaga de estas ideas. Quizás hoy sólo soy un boceto.
Hay que caminar, vivir, conocer, y cultivar los lazos.

martes, 7 de febrero de 2012

Algo sobre lo que fuimos (2007)

El espejo se rompió otra vez en esa bajada, mala suerte en el pasado y mala suerte hoy . . una vida de espera en esa sala, una vida malgastada cerca tuyo y tan lejos de vos . . una pena que se arrastra desde el verano en que nos conocimos, una pena desgastada que de a ratos pasa al olvido y renace cuando apareces vos . . vimos morir el mundo por lo menos dos veces, caíamos todos los viernes, y el veremos que sembramos seguro murió de sed. . un segundo que olvidamos, un minuto que dejamos pasar, y el orgullo cegó la certeza de que es una farsa toda segunda oportunidad, todo por no mostrar debilidad . . todo por una sonrisa que olvidó vestirse de gala para la fiesta a la que no estaba invitada . . y eso era lo que mas me gustaba, siempre fuiste vos . . hasta hoy . . ese espejo, en pedazos . . esa pena . . tu sonrisa . . lo que dejamos pasar . . se acabó.
Es que yo no tengo pensado dejar mi alma tirada en el mismo lugar en que enterraste mi corazón.