miércoles, 26 de junio de 2013

6/6/13


…y me besaste. Fue como deslizarse por un tobogán con forma de espiral. Puro vértigo. Con los ojos cerrados, me perdí. El mundo entero desapareció. Nada importaba. Hasta la gravedad dejó funcionar, pero de alguna manera caíamos. Nos fundimos con una sensación que nos estaba esperando. Si hubiera sabido que todo este mundo aguardaba en tus labios, en tu piel, no habría tenido miedo…
Y yo sólo era consciente de vos. De tu boca, tus brazos envolviéndome en un abrazo de otra dimensión, tu respiración agitándose al compás de la mía, tu espalda tibia, tus ojos luminosos, tu perfume… Aferrados, nos asomamos al borde de una corriente urgente que desconocíamos, y nos dejamos llevar. Y en ese suave naufragar, casi etéreo, creo que de alguna forma nos salvamos.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario