Te leo
a medida que me dejás, suavemente
acariciando rincones que nadie antes presintió, queriéndolos
consciente de la oportunidad que me das de poder descubrirte
de jugar al detective
de ser niños juntos
de rozar tu libertad.
Te leo con la sensación constante del primer encuentro con el poema favorito,
en la agitación de tu pecho al ritmo del mío
en la cantidad de azúcar que le pones a los mates
en la risa
en esos gestos que tanto amo
en las ideas
en los besos.
Te leo
en lo que decís y en lo que te desborda
en la forma de sostener la mirada
en tus confusiones cotidianas
en las canciones que amás
en tus tesoros
en tus búsquedas.
Te leo
y al mismo tiempo
te cedo mis páginas, mi vida
para que grabes tu nombre en cada milímetro,
en cada segundo
y para que al verme desnuda
percibas la intensidad de lo que no sé decir.
Te leo y sonrío:
qué linda historia desplegás!
Ninguna otra cosa
podría darme tanto placer
tanta alegría
como conocer los mundos que habitan bajo la piel
de quien más amo.
♥
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